Ya querrán ustedes que, pensando en el impostor que supuestamente traduce unas cartas mías, y que anda por ahí publicando una supuesta continuación de las Crónicas de la Indiana, lo insulte. Lo sé: querrán que lo tilde de aburrido, monótono, raro y mal poeta; que diga que sus versos parecen más letanías y sus letanías más aforismos: que hasta los botones de mi camisa tienen más brillo que sus poemas. Pero, ¿qué gano en ello?
Yo, Ray Leverkunst, oriundo de Isla del Espanto y maestro de español en mis ratos libres, di aquella crónica a la luz para dar fe de las costumbres y maneras tan extrañas de las poblaciones del norte medio-occidental y rectifico que, aunque ciertas cosas me faltan, no me faltará el tiempo que no tengo para exponerlas. Por el momento no creo en derechos de autor: pido a los lectores que comenten, quiten, rescriban y suplan, etc...
Hace 7 años
2 comentarios:
nos jodimos con cervantes !!
...que es uno de los dos escritores a los cuales se hace referencia.
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