Cada paso es un golpe más en la tierra.
¿A nombre de quién? Si yo no quiero
Esta condenada anatema de oscura procedencia.
¿Por qué insistir en el sonido opaco de tus golpes
Que entierran uno y otro y otro y otro
Mis contingentes triunfos y potenciales fracasos?
Y si decido ignorarte, y pensarte muerto decido
Huir de tu inmensurable existencia no puedo, porque
Te mantienen vivo golpe a golpe, verso a verso,
Segundo a segundo, haciendo camino al morir.
Cada vez que te miran existes, en todo espacio
Que exista sobre la tierra aunque no lo conozca...
Y tecleo y tecleo y tecleo
para ignorar tus golpes secos
en la tierra que ofrecerá su privacidad a la caja
donde no estaré porque ya no voy a serlo, eso
que ahora escribe estos versos que no son más
que paliativos momentáneos a tus disímiles palas
y a tus golpes secos o tus nefastos mensajeros.